La creatividad viene de la persona que sabe hacer algo diferente a lo común, tomar decisiones o llevar a cabo algo que difiere de lo establecido para así safarse de algo. Al menos es lo que opino y se acerca más a mi post.
Hoy les relataré una experiencia que tuve en una comisaria por algún delito o infracción que no cometí. ¿Les suena conocido? Bueno, era una semana de parciales en el año 2007-2, cuando todos se supone que estudian y se esfuerzan para pasar sus cursos. Yo, como cualquier muchacho afanado a los autos, estaba en los piques, era jueves pues, que podía hacer, ¿no?. Un amigo acababa de sacar su auto del taller, un Subaru Impreza WRX JDM, para los ignorantes ante el arte automovilístico, una pinga de 450 caballos, muy rápido. Yo en cambio, en mi camioneta de 130 caballos y dos litros. Llegamos al Monumental, ese lugar donde se encuentran los ruedas y tuercas de Lima a altas horas de la noche. Lógicamente, yo no iba a correr, mi carro no jala. Lo que hacen simples curiosos como yo es ir a un costado y vibrar. Claro está, cuando llegamos, algo parecía raro, habían policías cuadrando carros y llevando a cabo alguna suerte de operativo. Yo simplemente seguí con mi rumbo, llegué a la curva y decidí regresar a mi casa.
Estoy avanzando y en eso mi pata me grita: RETROCEDE!. Cuando he vuelto a mirar hacia adelante, pum!, 3 policías nos habían parado. Mi amigo, como su carro si jala, retrocedió y con una maniobra muy a la "Rápidos y Furiosos" escapó con un patrullero en la cola. Yo, como el chico bueno que soy, esperé. Acá fue cuando casi me meo el pantalón. Se bajaron 3 policías gritando que les demos nuestros papeles, con pistolas al aire y gestos alarmantes.
Me empujaron contra el carro, me quitaron los papeles y luego procedieron a subirse, para así indicarnos que sigamos a los patrulleros. Claro, que podía hacer yo, si los otros 3 que estaban llevando a la comisaría eran japoneses y con carros que solo verías en ocasiones así, carreras ilegales. Yo, cholo que soy, con una camioneta "de tía" (gracias vieja) y ni siquiera encajando en los perfiles de mis amigos los piqueros.
El circo arranca una vez que llegamos a la comisaría, que como estábamos en Ate Vitarte, me llvaron lo más cerca a la Ramiro Prialé. Lógicamente, todo el camino solo pensaba en El Frontón, el Caso de Barrios Altos y una ligera dósis de "Training Day". Lo que si sale a favor es que el policía que me acompañaba era buena gente, conversador y me explicó lo que pasó. Según él, era un operativo llevado a cabo por el Ministerio del Interior, y que si hubiera llegado una hora después podría no haber pasado nada.
La comisaría era horrible, sin mucho que decir. Llamaban por nombres, "Nakamura!", "Nagasaki!", "Miyasato!", y por supuesto, "Gonzales!". Los policías revisaban los carros en caso que los motores lleven partes ilegales, claro que abría cada carro y era bien jodido que no los usen para correr,ninguna de estas bestias bajaba de los 320 caballos, y hablo si es que no tocaran el motor con las agrandadas de turbo y cambios de tubo de escape, el hecho es que mi camionetin no calificaba dentro de estos parámetros tan exigentes. Era lógico que yo no iba ahí a picar. Se lo dije a todos los policías que estaban ahí, pero claro, ninguno respondía más que: "Señor, se procederá a quitarle el brevete y sancionarlo con una multa, así que deje de quejarse." Subimos al segundo piso de este cuchitril que llaman comisaría para declarar y llenar papeles. Nombre completo, edad, fecha de nacimiento, dni, brevete, mea en ese vasito y dame tu SOAT. Carajo, vencía en dos días.
El tema era que yo me tenía que safar, y claro, fue muy fácil porque no había hecho nada malo, mi carro no corre y no me traté de agarrar a golpes con el comandante, como alguno de los acusados hizo.
¿Donde cae la injusticia? Después de todo un trámite por las huevas, llenar papeles y casi perder el brevete, me dieron una multa educativa. ¿Saben que es eso? Eso te lo dan cuando cruzas la calle sin mirar, cuando usas luces altas o cuando no pones el direccional para voltear. Fue la cosa mas idiota e insensata que había visto en mi vida, después de las acusaciones y amenazas, ¿una cosa así? Por eso que cuando me fui no dudé en dejarlos con una merecida mandada a la mierda y un pique alucinante para que me paren así no jodan. Aparte que no bajé de 140 km/h, suponiendo que ir lento en una carretera de mala muerte a las 2 de la mañana era peligroso. Encima que cuando llegué al peaje, que nunca supe que existía, tuve que pagar con dos CD´s de música bailable y 1 sol.
La noche termina en el McDonald´s del Óvalo Monitor con un corazón agitado y una historia que contar. Obviamente mi pata, canchero como él solo, parado al lado de su carro cagándose de risa. Su aventura fue diferente, el jugó a la gallinita con uno de los policías (gallinita: cuando un carro se va cara a cara contra otro, el que evita el choque, pierde) y encima los perdió recién en la Costa Verde.
Para finalizar la crónica, hago el llamado, bloggers del mundo únanse y compartan con todos sus experiencias, no tanto como queja, pero como curiosidad, total, no creo que lo que me pasó sea algo único.
jueves, 7 de mayo de 2009
Crónicas Anónimas I
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