El hecho de que no supimos por qué estaba molesta la gente de Bagua antes de que comenzaran a romper cosas muestra que hay un problema grave en cómo se manejan nuestros medios. Como tantas veces antes, no se le dio importancia al conflicto hasta que este se tornó violento. Parece que en este país no te hacen caso si no estás gritando.
La verdad es que el pueblo indígena de la región había estado expresando su descontento desde hacía más de un año. La Facultad de Ciencias Forestales de la Universidad Agraria de la Molina publicó un artículo, el julio del 2008, en donde criticaba las medidas tomadas por el gobierno y explicaba, en muy claros términos, cómo estas podrían generar un problema muy grande en el futuro. Sin embargo, nada de esto frenó al gobierno, nada de esto recibió atención mediática. Las leyes pasaron y más proyectos de ley se propusieron.
No puedo evitar pensar que gran parte de los muertos y heridos se hubieran podido evitar si el Estado hubiera encarado los problemas desde el principio. Sin embargo, nosotros también tenemos la culpa. Muy pocas veces nos interesamos por cosas que suceden afuera de la capital. Las zonas rurales del Perú son como otro planeta para nosotros, completamente alejadas de nuestra realidad. Si el Estado solamente se va a ocupar de problemas que reciben la atención de los medios, entonces nosotros también debemos ser el tipo de sociedad que produzca medios que se interesen por algo más de lo que sucede en Lima. ¿Cuántos conflictos en potencia se están formando ahora, mientras que los periódicos se ocupan de cubrir la muerte de Michael Jackson? ¿Cuántos de estos pueden ser evitados solo con prestarles atención?
Otro aspecto de la cobertura mediática del conflicto que es preocupante es el racismo y etnocentrismo latente detrás de ella. A los nativos se les calificaba como salvajes y, muy pronto, los medios crearon una imágen de ellos que los veía como hombres mitad animal, indios con lanzas y flechas, enfrentándose a policías que, como los héroes de antaño, defendían nuestra patria. El Presidente García hasta comparó a los nativos con el ejército chileno que venció a Bolognesi en Arica. Otro país dentro de nuestro país.
La verdad es que todo esto desvía la atención del verdadero problema: que pudimos hacer algo antes y no lo hicimos.
Todos los ciudadanos de este país merecen ser escuchados. Es su derecho. Todos los peruanos somos igual de importantes. Hasta que el Gobierno se de cuenta de esto, no podremos tener una sociedad sin conflictos como este. Necesitamos aceptar que somos un país pluricultural y tomar las medidas para adaptarnos a este hecho. También debemos salir de la burbuja que es Lima y darnos cuenta que, ahí afuera, hay gente tal como nosotros, que también tiene algo que decir, problemas que resolver. Solo así podremos mejorar como personas y como nación.
jueves, 2 de julio de 2009
El Gran Problema.
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